Hace unos meses que he decidido buscar una forma diferente de darle una alegría adicional a mi cuerpo y para ello salgo de vez en cuando de fiesta en busca de algún nuevo amante capaz de satisfacerme y que me ayude en mi tarea de aumentar el tamaño de los cuernos de mi marido, no como normalmente suelo hacerlo, que es contactando por Internet. Así que de vez en cuando os relataré algunas de las peripecias de mis salidas nocturnas.
Como es habitual en mi, y al igual que cuando tengo una cita con algún amante, ordene a mi sumiso que pusiera su minúsculo miembro en su hábitat natural, es decir dentro de su cinturón de castidad y a una orden mía lo puse en Rol, tras lo cual, le ordené como es costumbre que me ayudase a vestirme para la ocasión. Me ayudo a ponerme el corsét, las medias y los tacones y por su puesto mientras me maquillaba estaba de rodillas a mis pies observando como me acicalo para otros, cosa que nunca hago para él, eso si siempre recordándole lo cornudo y cabrón que es y lo birriosa que es su polla, motivo por el que yo necesito tener algún amante que sea capaz de cubrir mis necesidades sexuales.
Cuando termine, le dije que se quedara en casa a la espera de mi regreso y por su puesto pendiente del móvil por si en algún momento eran requeridos sus servicios por mi, tras lo cual me marche de casa con rumbo a un Pub de ambiente liberal dispuesta a pasármelo lo mejor que pudiera.
Una vez allí y después de hablar con la relaciones públicas del local entré en contacto con un chico que fué de mi total agrado al igual que yo del suyo. Tras tomarnos una copa y después de unos bailes morbosos en la pista, calentando el ambiente, decidimos irnos hacia la zona de los reservados donde empezaría lo mejor de la noche.
Justo antes de entrar en esa zona, le hice una llamada al cornudo para recordarle lo cabrón que es, y que me iba a ir a follar con un amante, así que bajo ningún concepto quería ser molestada por el, sopena de ser posteriormente castigado y le dije también que quizás le llevaría algún premio de consolación, tras lo cual colgué el teléfono y me marche hacia los reservados.
Ya allí, empezamos a besarnos y a acariciarnos apasionadamente, cosa que fue cambiando a algo más salvaje mientras nos desnudábamos mutuamente. Nos arrojamos sobre la cama y comenzamos a comernos el uno al otro. Primero fui yo quien le hizo una buena mamada, de la que disfrute como una posesa y más teniendo en cuenta el tamaño de aquella maravillosa polla, después me tocó a mi gozar y gemir de placer cuando el chico me comía el coño, que todo hay que decirlo, estaba empapado y chorreando jugos míos. ¡Cielos, como lo hacia de bien!. No se cuantas fueron las veces que me corrí, porque llego un momento en que perdí la cuenta, pero eso si, creo que en todo el local se pudieron oír mis gemidos de placer, jajaja.
Yo creo que lo que mas morbo me dio también fue el hecho de que aunque estábamos en un reservado, por allí se podía asomar todo aquel que quisiera y ver la escena, cosa que aumentaba aun mas si cabe mi placer de Ama corneadora.
Una vez terminados los juegos preliminares, tendí al chico bocarriba en la cama y me dispuse a cabalgar sobre él para así continuar disfrutando de una buena sesión de sexo follando. Mmmmm….aun recuerdo con gran agrado, el placer que sentí cuando me metí en el coño aquel pedazo de polla, porque esa si que es digna merecedora de poder ser disfrutada por una mujer como yo.
Lastima que no hubiera estado presente el cornudo para que el mismo hubiera hecho de mamporrero y la hubiera introducido bien dentro, y además haberle recordado que el lo que tiene es un pingajo asqueroso que no sirve si quiera para dar placer.
No se cuantas fueron las veces que cambiamos de postura, ni las veces que me corrí de nuevo. Lo que si se, es que me lo estaba pasando genial!.
Pero lo mejor de todo estaba aun por llegar, porque mientras estaba siendo follada a cuatro patas, entro una pareja en el reservado que al ver la situación, decidió unirse a la fiesta y se pusieron junto a nosotros a follar también y ¡OH, grata sorpresa, ella era bisex igual que yo!, así que mientras estábamos siendo folladas nos metimos mano y nos besamos.
Mi calentura fue aún muchísimo mayor cuando muy vehementemente, el hombre de esta pareja le pregunto a mi chico, creyendo que éramos pareja, si le dejaba que me follase el también, a lo que mi pareja respondió que si, que por su puesto, que era toda suya.
Mmmmm…… como me gustó el sentirme utilizada, ya que de una misma vez iba a ponerle de nuevo dobles cuernos al cabrón, pero con el morbo añadido de ni siquiera haber visto la cara de la otra persona, el no haber cruzado con el ni una sola palabra antes de follarme y ni siquiera saber cual era el tamaño de su polla, para después poder hacer comparaciones con el tamaño de la birria de mi cornudo. Pero la verdad es que eso me importaba bien poco, lo que quería y deseaba era ser follada por otro y así aumentar el tamaño de los cuernos de mi sumiso.
Así que en la misma postura que estaba, el nuevo amante me introdujo su polla en el coño y grata fue my sorpresa cuando la noté y pude comprobar que también era un pollón digno de un coño como el mío. Comenzó con embestidas suaves que fueron subiendo de intensidad en tanto en cuanto yo fui aumentando mis gemidos de placer, hasta tal punto de perder la cuenta de cuantas fueron las veces que me corrí de gusto. Al cabo de un rato el también se corrió.
Una vez que terminamos de follar nos despedimos los cuatro entre risas propias de haber pasado un rato genial.
Nos vestimos y yo guarde como trofeo los condones usados, que me lleve a casa para mostrarle al cornudo lo bien que me lo había pasado en una noche loca de lujuria y desenfreno, pero antes de salir volví a hablar con la RRPP porque en mi perversa mente se había forjado una nueva forma de humillación pública para mi cornudo, y quería saber si sería factible el llevarlo ataviado como suele estar dejándolo atado y expuesto en la mazmorra del lugar mientras yo me dedicaría a otras cosas (pero tanto su respuesta como si lo llevo a cabo y de que forma, quizás sea una historia que merecerá ser relatada aparte, ¿no creéis?)
Al llegar a casa, allí estaba el cabrón de rodillas, muy solicito, esperando mi regreso y deseoso de que yo llegara con ganas de contarle lo bien que me lo había pasado. Me ayudo a desvestirme y a ponerme cómoda. Entretanto yo le iba relatando lo sucedido durante la noche y en premio a su buen comportamiento y a que yo había disfrutado, lo deje hacerse una paja mientras introducía en su boca los condones usados por mis amantes.
Espero que os haya gustado, al menos yo me lo pase en grande aquella noche y creo que por lo cabrón y cornudo que es mi marido, el también tuvo que disfrutar, aunque eso la verdad es que me importa bien poco, jajajaja.
Besos y hasta pronto
Como es habitual en mi, y al igual que cuando tengo una cita con algún amante, ordene a mi sumiso que pusiera su minúsculo miembro en su hábitat natural, es decir dentro de su cinturón de castidad y a una orden mía lo puse en Rol, tras lo cual, le ordené como es costumbre que me ayudase a vestirme para la ocasión. Me ayudo a ponerme el corsét, las medias y los tacones y por su puesto mientras me maquillaba estaba de rodillas a mis pies observando como me acicalo para otros, cosa que nunca hago para él, eso si siempre recordándole lo cornudo y cabrón que es y lo birriosa que es su polla, motivo por el que yo necesito tener algún amante que sea capaz de cubrir mis necesidades sexuales.
Cuando termine, le dije que se quedara en casa a la espera de mi regreso y por su puesto pendiente del móvil por si en algún momento eran requeridos sus servicios por mi, tras lo cual me marche de casa con rumbo a un Pub de ambiente liberal dispuesta a pasármelo lo mejor que pudiera.
Una vez allí y después de hablar con la relaciones públicas del local entré en contacto con un chico que fué de mi total agrado al igual que yo del suyo. Tras tomarnos una copa y después de unos bailes morbosos en la pista, calentando el ambiente, decidimos irnos hacia la zona de los reservados donde empezaría lo mejor de la noche.
Justo antes de entrar en esa zona, le hice una llamada al cornudo para recordarle lo cabrón que es, y que me iba a ir a follar con un amante, así que bajo ningún concepto quería ser molestada por el, sopena de ser posteriormente castigado y le dije también que quizás le llevaría algún premio de consolación, tras lo cual colgué el teléfono y me marche hacia los reservados.
Ya allí, empezamos a besarnos y a acariciarnos apasionadamente, cosa que fue cambiando a algo más salvaje mientras nos desnudábamos mutuamente. Nos arrojamos sobre la cama y comenzamos a comernos el uno al otro. Primero fui yo quien le hizo una buena mamada, de la que disfrute como una posesa y más teniendo en cuenta el tamaño de aquella maravillosa polla, después me tocó a mi gozar y gemir de placer cuando el chico me comía el coño, que todo hay que decirlo, estaba empapado y chorreando jugos míos. ¡Cielos, como lo hacia de bien!. No se cuantas fueron las veces que me corrí, porque llego un momento en que perdí la cuenta, pero eso si, creo que en todo el local se pudieron oír mis gemidos de placer, jajaja.
Yo creo que lo que mas morbo me dio también fue el hecho de que aunque estábamos en un reservado, por allí se podía asomar todo aquel que quisiera y ver la escena, cosa que aumentaba aun mas si cabe mi placer de Ama corneadora.
Una vez terminados los juegos preliminares, tendí al chico bocarriba en la cama y me dispuse a cabalgar sobre él para así continuar disfrutando de una buena sesión de sexo follando. Mmmmm….aun recuerdo con gran agrado, el placer que sentí cuando me metí en el coño aquel pedazo de polla, porque esa si que es digna merecedora de poder ser disfrutada por una mujer como yo.
Lastima que no hubiera estado presente el cornudo para que el mismo hubiera hecho de mamporrero y la hubiera introducido bien dentro, y además haberle recordado que el lo que tiene es un pingajo asqueroso que no sirve si quiera para dar placer.
No se cuantas fueron las veces que cambiamos de postura, ni las veces que me corrí de nuevo. Lo que si se, es que me lo estaba pasando genial!.
Pero lo mejor de todo estaba aun por llegar, porque mientras estaba siendo follada a cuatro patas, entro una pareja en el reservado que al ver la situación, decidió unirse a la fiesta y se pusieron junto a nosotros a follar también y ¡OH, grata sorpresa, ella era bisex igual que yo!, así que mientras estábamos siendo folladas nos metimos mano y nos besamos.
Mi calentura fue aún muchísimo mayor cuando muy vehementemente, el hombre de esta pareja le pregunto a mi chico, creyendo que éramos pareja, si le dejaba que me follase el también, a lo que mi pareja respondió que si, que por su puesto, que era toda suya.
Mmmmm…… como me gustó el sentirme utilizada, ya que de una misma vez iba a ponerle de nuevo dobles cuernos al cabrón, pero con el morbo añadido de ni siquiera haber visto la cara de la otra persona, el no haber cruzado con el ni una sola palabra antes de follarme y ni siquiera saber cual era el tamaño de su polla, para después poder hacer comparaciones con el tamaño de la birria de mi cornudo. Pero la verdad es que eso me importaba bien poco, lo que quería y deseaba era ser follada por otro y así aumentar el tamaño de los cuernos de mi sumiso.
Así que en la misma postura que estaba, el nuevo amante me introdujo su polla en el coño y grata fue my sorpresa cuando la noté y pude comprobar que también era un pollón digno de un coño como el mío. Comenzó con embestidas suaves que fueron subiendo de intensidad en tanto en cuanto yo fui aumentando mis gemidos de placer, hasta tal punto de perder la cuenta de cuantas fueron las veces que me corrí de gusto. Al cabo de un rato el también se corrió.
Una vez que terminamos de follar nos despedimos los cuatro entre risas propias de haber pasado un rato genial.
Nos vestimos y yo guarde como trofeo los condones usados, que me lleve a casa para mostrarle al cornudo lo bien que me lo había pasado en una noche loca de lujuria y desenfreno, pero antes de salir volví a hablar con la RRPP porque en mi perversa mente se había forjado una nueva forma de humillación pública para mi cornudo, y quería saber si sería factible el llevarlo ataviado como suele estar dejándolo atado y expuesto en la mazmorra del lugar mientras yo me dedicaría a otras cosas (pero tanto su respuesta como si lo llevo a cabo y de que forma, quizás sea una historia que merecerá ser relatada aparte, ¿no creéis?)
Al llegar a casa, allí estaba el cabrón de rodillas, muy solicito, esperando mi regreso y deseoso de que yo llegara con ganas de contarle lo bien que me lo había pasado. Me ayudo a desvestirme y a ponerme cómoda. Entretanto yo le iba relatando lo sucedido durante la noche y en premio a su buen comportamiento y a que yo había disfrutado, lo deje hacerse una paja mientras introducía en su boca los condones usados por mis amantes.
Espero que os haya gustado, al menos yo me lo pase en grande aquella noche y creo que por lo cabrón y cornudo que es mi marido, el también tuvo que disfrutar, aunque eso la verdad es que me importa bien poco, jajajaja.
Besos y hasta pronto
vaya historia mas falsa... no te la crees ni tu, y si fuera asi, ni tan solo que estes casada... estas loca, eres una enferma y una puta zorra, para una cosa asi como te casas
ResponderEliminarpues a mi me encantaria que mi mujer hiciera lo mismo. que suerte tiene tu marido!!!!
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